Matematizar una
situación real implica utilizar a la matemática para construir un modelo,
también es razonar matemáticamente para enfrentar una situación y resolverla.
Lo importante es aprender a transformar, dominar e interpretar la realidad
concreta o parte de ella con la ayuda de la matemática, es decir mediante
actividades contextualizadas y próximas a la vida cotidiana de los alumnos, que
culminará en un proceso de fijación formal de contenidos. Mediante la
matematización de situaciones se logra darle a la matemática su verdadero valor
pragmático la que constituye en una utilidad mucho más importante que la del
simple cálculo; para matematizar es necesario la formulación lógica y ordenada
de los hechos, el análisis agudo de la situación, un adecuado uso del lenguaje,
la búsqueda de analogías entre ésta y otras situaciones y el ordenamiento
progresivo del razonamiento. Es necesario pasar de una metodología basada en la
transmisión de aspectos teóricos y estructurados a una enseñanza que apuesta
por el carácter utilitario social y cotidiano de las matemáticas. Tanto la
matematización como la concretización deben ir desarrollándose y comprobándose
mutuamente en un proceso dialéctico continuo y cada vez cualitativamente
superior.
Esta interacción del ciclo matematización-concretización obliga a una evolución del aprendizaje en el terreno de la matemática originando sucesivas situaciones que permitan una evolución del conocimiento y dominio de la realidad.
Esta interacción del ciclo matematización-concretización obliga a una evolución del aprendizaje en el terreno de la matemática originando sucesivas situaciones que permitan una evolución del conocimiento y dominio de la realidad.
Irene Entrena Martínez en su Trabajo Fin de Máster (2014) citando las recomendaciones de la Union Europea
señala que: “La competencia matemática es la habilidad para desarrollar y
aplicar el razonamiento matemático con el fin de resolver diversos problemas en
situaciones cotidianas. Basándose en un buen dominio del cálculo, el énfasis se
sitúa en el proceso y la actividad, aunque también en los conocimientos. La
competencia matemática entraña —en distintos grados— la capacidad y la voluntad
de utilizar modos matemáticos de pensamiento (pensamiento lógico y espacial) y
representación (fórmulas, modelos, construcciones, gráficos y diagramas).”UE,
(2006, p. 15)
En el libro “Competencias matemáticas desde una perspectiva curricular”
(Rico & Lupiáñez, 2008) se puede leer lo siguiente: Las competencias
modifican y amplían las expectativas sobre el aprendizaje de los alumnos,
marcadas hasta el momento sólo por los objetivos. Las competencias plantean un
nuevo enfoque, ya que se contemplan una diversidad de atributos, dan énfasis a
la cognición situada y al constructivismo social. Por otra parte, las
expectativas que plantean las competencias son aprendizajes a largo plazo, cuyo
desarrollo hay que dirigir y orientar a lo largo de toda la educación
obligatoria. Rico & Lupiáñez, 2008, p. 172
El proceso de matematización se diseña desde un contexto real que
refleja un desafío para plantear una solución no inmediata y que permita la aplicación
de estrategias en la resolución de la misma
generando un interés de conexión entre el mundo real y el mundo matemático y además debe
tener como base saberes previos o contenidos
temáticos para sus resolución
El proceso de matematización se puede dar de manera horizontal el cual
se plantea desde el mundo real en la cual
implica identificar la matemática en el contexto general, utiliza herramientas
y recursos adecuados, traduce el problema a un modelo matemático, reconoce
aspectos iguales en la heterogeneidad de problemas, descubre las relaciones de
los mismos, comprende la relación del lenguaje natural simbólico y formar y
finalmente plantear, enuncia y representa la situación problemática. Luego
viene la matematización vertical que es una continuidad dentro de la matemática
y se utilizan modelos que se adaptan y se argumentan para resolver la situación
problemática, vale decir es la aplicación de la secuencia matemática para
resolver a través de la representación, la argumentación y generalización, formula y prueba diferentes soluciones combinando e
integrando modelos matemáticos, refinándolos y ajustándolos para finalmente utilizarlos
en la resolución del problema.
En cuanto al modelo matemático que puede seguir, como una secuencia o serie de procedimientos
definidos que permiten representar las
situaciones problemáticas basados en experiencias de aprendizaje y estructuras
matemáticas importantes a aplicar en
dicha situación.
El pensamiento matemático de los adolescentes tiene mucho que ver con
sus características propias de su edad por trabajar en grupos y poder resolver problemas mediante un trabajo
colaborativo entre sus pares. Según Piaget los adolescentes pueden comprender y
explicar las leyes de transmisión social cuando comprenden la experiencia con
los objetos y que el producto sea el
equilibrio. es decir loa adolescentes tienen habilidades para resolver
situaciones problemáticas de su contexto, considerando que a su edad pueden
evocar mejor y mayor cantidad de información, estableciendo relaciones lógicas
posibles, lo cual le va a permitir generar y evaluar diferentes soluciones,
siempre y cuando lo trabajan en grupos, porque a esa edad su mayor desempeño lo
realizan en conjunto con los de su edad, hablando el mismo lenguaje y formas de
comunicarse, además de elaborar un pensamiento abstracto y tiene una forma
distinta de ver el mundo y o lo que
tiene en su entorno. Entonces haciendo
eco de Piaget, lo adolescentes tiene más posibilidades de resolver situaciones
problemáticas del contexto utilizando sus experiencias vividas para establecer
hipótesis, contrastarlas y darle
solución.


0 comentarios:
Publicar un comentario